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Infecciones y gestación. Fiebre por Listeria: la listeriosis en el embarazo 

  20/01/2022 10:12 Embarazo - Gestación


Durante tu embarazo es importante que sigas algunas recomendaciones relacionadas con la higiene y con la dieta, para disminuir el riesgo de contraer infecciones que pudieran ser graves para ti o tu bebé. En este post vamos a hablar sobre una bacteria, Listeria monocytogenes, y sus características durante el embarazo.

La infección por Listeria

Esta infección se adquiere principalmente por ingesta de alimentos contaminados, principalmente productos cárnicos precocinados, leches y productos lácteos no pasteurizados, además de en el marisco y pescado crudos.

La incidencia de la infección ha aumentado significativamente en los últimos años, pasando en nuestro medio de un 0,2 a un 0,8 por cada 1000 partos (datos de los últimos 20 años). Presenta cierta estacionalidad, con una mayor incidencia en verano, y puede aparecer en forma de caso aislado o de pequeño brote epidémico.

Esta infección en mujeres sanas e inmunocompetentes suele cursar con síntomas leves y hasta en un 30% de los casos sin síntomas asociados; sin embargo, debido a que la bacteria tiene afinidad por la placenta (tropismo placentario), existe riesgo de infección en el bebé que podría llegar a ser muy grave.

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¿Cómo evitar la Listeria?

Al igual que para evitar el contacto con otras bacterias, las medidas más elementales son una buena higienización, un adecuado almacenamiento de los alimentos y una correcta cocción de los alimentos.

Las medidas más importantes son:

  • Lavar minuciosamente frutas y verduras antes de ser comidas
  • Evitar almacenamiento prolongado de vegetales
  • Limpiar y desinfectar superficies de uso y utensilios en contacto con alimentos crudos
  • Conservar una limpieza correcta e higiene del frigorífico
  • No tener alimentos destapados dentro del frigorífico, para evitar la contaminación cruzada

Alimentos a evitar:

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  • Salchichas y carnes preparadas, compradas listas para comer en crudo
  • Quesos de pasta blanda (queso feta, brie, camembert, quesos azules…)
  • Cualquier queso elaborado con leche no pasteurizada ni leche cruda no pasteurizada
  • Patés no enlatados o no esterilizados
  • Productos de pesca ahumados que requieran refrigeración (salmón, trucha, pescados blancos, bacalao, atún o caballa)
  • Pescado o marisco crudos
  • Ensaladas o vegetales comprados ya preparados y listos para comer

Alimentos permitidos:

  • Salchichas y carnes preparadas sometidas a cocción intensa hasta el interior del producto
  • Quesos de pasta blanda si en la etiqueta se indica que están elaborados con leche pasteurizada
  • Quesos curados, semicurados, quesos pasteurizados y quesos preparados para untar
  • Patés enlatados o esterilizados
  • Productos de pesca ahumados enlatados o esterilizados
  • Pescado o marisco cocinado a temperatura superior a 50ºC
  • Ensaladas con vegetales crudos bien lavados

Los síntomas de la infección por Listeria

La infección materna puede ser difícil de diagnosticar debido a las manifestaciones sistémicas inespecíficas. Al inicio del embarazo y en el segundo trimestre, lo más frecuente es encontrar fiebre (>38ºC) sin foco; ocasionalmente pueden aparecer síntomas gastrointestinales leves unos días antes de la fiebre.

Al final del embarazo, la infección suele provocar lo que conocemos como corioamnionitis (una infección que afecta a placenta, membranas, líquido amniótico y/o al bebé): fiebre materna, taquicardia materna, taquicardia fetal, dolor uterino y contracciones.

Si tienes algunos de estos síntomas, principalmente la fiebre, es importante que te acerques a un centro de urgencias con especialidad en Ginecología y Obstetricia como el Hospital HM Puerta del Sur para que puedan realizar una valoración completa.

El diagnóstico de la Listeria

La confirmación diagnóstica únicamente es posible mediante cultivos de fluidos o tejidos (sangre, líquido cefalorraquídeo neonatal, líquido amniótico o placenta); sin embargo, estos resultados suelen tardar unos días y, en ocasiones, será necesario tomar decisiones e iniciar tratamiento con la sospecha aún no confirmada de esta infección.

Los síntomas de la madre y los parámetros analíticos suelen orientar a un cuadro bacteriano (leucocitosis neutrofílica, desviación de la fórmula leucocitaria con presencia de formas jóvenes en más del 50%, elevación de la proteína C reactiva); si la situación es estable se podría plantear realizar una amniocentesis (obtener líquido amniótico) para el estudio mediante cultivo.

El tratamiento de la Listeria

Independientemente de la edad gestacional en el momento de la infección, el tratamiento tiene por objetivo mejorar la evolución fetal: una terapia apropiada y precoz mejora la evolución y pueden revertir el cuadro. A diferencia de otras causas de corioamnionitis, en las cuales finalizar la gestación mediante la inducción (provocación artificial del parto) es el abordaje estándar, la listeriosis puede ser tratada para que el parto se produzca a término y sin complicaciones.

Para que el tratamiento sea efectivo, el antibiótico tiene que atravesar la barrera placentaria y actuar a nivel intracelular; para ello se deberán administrar dosis elevadas y por un periodo de tiempo prolongado.

El tratamiento de elección es la Ampicilina que suele asociarse a Gentamicina por su efecto sinérgico; la amoxicilina y la penicilina también han demostrado ser efectivas. Si la paciente tuviera alergias a estos fármacos, la alternativa sería el Trimetroprim-Sulfametoxazol

Conclusiones

La infección por Listeria es una enfermedad infrecuente en la gestación pero potencialmente grave, especialmente para el bebé. La forma de disminuir los riesgos de contagio son sencillas y por ello debes prestarle especial atención a nuestras recomendaciones.

Si deseas más información sobre este u otros temas relacionados no dudes en escribirnos o consultar a través de nuestras citas con tu equipo médico de Namunvida.

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